La naturaleza es sabia. Todo está hecho por y para algo. Las plantas que surgen en cada época del año son justo las que necesitamos tanto para alimentarnos como para evitar y paliar enfermedades propias de esta época.
Estamos en una época de la historia en la que se habla de súper alimentos, alimentos milagro etc…pero la mayoría de ellos no pertenecen a nuestra alimentación tradicional, mientras que los que sí pertenecen a nuestra historia gastronómica quedan relegados al banquillo, a ser meros suplentes.
Así que uniendo los conceptos de los párrafos anteriores quiero hacer la siguiente reflexión:
A veces no hay ir buscando productos ni alimentos milagro traídos de los confines de la tierra, la mayoría de las veces simplemente hay que recuperar lo que la tierra nos da en cada momento (según donde vivas y en la estación del año que estés), que además será para lo que tu organismo está más preparado si procedes de esa tierra, ya que en tu genoma está la información para procesar esos alimentos en concreto de forma más correcta.
Y como gran ejemplo de esto están los frutos secos. Que por suerte podemos disfrutar de ellos todo el año ya que por su bajo contenido en agua se conservan muy fácilmente.
Si los desglosamos desde un punto de vista nutricional podemos ver que son mayoritariamente grasas (53%), hidratos de carbono (20%), proteínas de alto valor biológico (13%) y agua y celulosa el resto.
Lo maravilloso de estos frutos es que dentro de su materia grasa el porcentaje de ácidos grasos saturados e insaturados es parecido al que necesitamos los humanos, siendo las nueces, semilla de girasol y sésamo los que más cantidad de insaturados contienen.
Si atendemos ahora al dato de las proteínas, la media está en un 13%, pero si miramos por ejemplo al cacahuete nos encontramos que tiene un 27%!!! Más que cualquier carne o pescado, ya que éstos oscilan entre un 10 y un 20% de proteínas por 100 gramos de producto.
Son muy buena fuente de minerales como el calcio (sésamo y almendras), fósforo (semilla de calabaza), hierro (pistachos), cobre, potasio y magnesio, así como de antioxidantes (polifenoles y tocoferoles). Es por todo esto que la ingesta frecuente de frutos secos está directamente relacionada con la prevención de la diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer. Yo además a esto (que ya lo sabíamos) añadiría que ayuda a la prevención de enfermedades autoinmunes ya que va a estar regulada nuestra proporción de ácidos grasos insaturados en relación con los saturados, esto previene la inflamación sistémica crónica que es justamente el punto de partida de este tipo de enfermedades.
Y ahora la pregunta del millón…cuál elijo y qué cantidad?
Pues todo depende de lo que necesites potenciar y la cantidad, pues la regla clásica de lo que quepa en el hueco de la palma de tu mano. Así que teniendo en cuenta las cantidades de nutrientes en comparativa que hemos hecho antes podríamos concluir que los frutos seco más equilibrado nutricionalmente y que más beneficios nos podrían aportar son: nueces de nogal, almendras, sésamo, cacahuetes y pistachos.
Y recuerda, consume con preferencia alimentos de cercanía y de temporada ya que éstos tendrán más cantidades de nutrientes porque han podido madurar correctamente. Ya que comemos para nutrir a nuestro cuerpo físico, el templo de tu alma se merece lo mejor, no crees?
Muchas gracias por tu atención, espero que esta lectura te haya sido de gran ayuda y te sirva para llevar una vida más saludable y más consciente.
Un abrazo…Nos vemos en el siguiente.